martes, 26 de febrero de 2013


Lectura y resumen sintético de Gregorio Colás Latorre, “Pluralidad formas políticas en Europa” (“Italia”), en A. Floristán (coord.), Historia Moderna Universal, Madrid, Ariel, 2002, cap. 6, pp. 163-170.
 

Esta introducción tiene dos partes diferenciadas: Una perspectiva general, y pincelas posteriores sobre algunos de los principales conglomerados políticos.

En la perspectiva general entendimos que podíamos leer los ‘tiempos’ de Braudel. Esto es:

a)      Un tiempo largo, aludido mediante la cita de Metternich “Italia era a comienzos del XVI una expresión geográfica”. Se puede asociar que era una especie de proyecto sobre la base de una geografía (pero la expresión no es más clara).

b)      Un tiempo medio. La situación económica era altamente favorable: próspera agricultura, industria pañera y de la seda, comercio poderoso. Además, sobre todo la banca genovesa representaba el capitalismo internacional. Apoyo a las artes. Es decir, situación inicial de prosperidad y florecimiento (sobre todo a partid de la paz de Lodi (1454).

c)       En el tiempo cort0, Italia carecía de la más mínima unidad política. Aproximadamente veinte estados diferentes, agrupados en pequeñas repúblicas, ducados, marquesados,… Sólo los que va a citar a continuación tenían verdadera entidad territorial y política.

Por lo tanto, Italia constituía una verdadera tentación para otros monarcas ambiciosos el tratar de hacer conquistas debido a intereses y “facilidades”:

-          La buena situación de base inicial.
-          La autoridad detentada por príncipes descendientes de condoittieri. Por tanto, rencillas y rivalidades internas.
-          Luchas y cambios de alianzas entre esos estados pequeños.

De las notas sobre los estados de mayor entidad destacamos aquí:

 Estados pontificios.

Se extendías a ambos lados de los Apeninos (es decir, suficientemente grandes). Pero el poder de los papas era menos sólido de lo que se le supone. Tenía mucho de ‘nominal’. Estaban en manos de los condottieri, o de cardenales de muy alto rango (los Colonna, los Orsini,…). Y cierto espíritu ‘republicano’ en la ciudad de Roma. Aunque Alejandro VI y Julio II intentaron imponer su autoridad, no lo consiguieron. Si tuvieron importancia en los acontecimientos internacionales del momento.

 Venecia

La más poderosa de las repúblicas aristocráticas. Con un cierto imperio colonial (Creta, Chipre). Gobernada, y bien,  por una especie de senado más abierto y muy amplio (dos mil miembros). Disponía de gran ejército, fue la mayor potencia militar de la región. Se enfrentó al Turco. Y perdió. Y sufrió la competencia en los negocios de las Islas Orientales y la pérdida del dominio del mercado de las especies (por los portugueses y holandeses.

Milán

Es la pieza más disputada de Italia: por Carlos V, por el papado, por los franceses. Los Sforza era la familia dominante.

Florencia

Regida por los Médici, que le dieron una cierta estructura mucho más eficaz a base de Consejos,… Y gran mecenazgo para las artes.

Ducado de Saboya

Prácticamente el autor no lo considera italiano por su geografía (los Alpes, colindante con Francia). Por supuesto, también fue intervenida de un modo u otro por Francisco I.

El reino de Nápoles

Fue español, Fernando el Católico, desde comienzos de la centuria (1504). Subraya el autor, sin mayor explicación, que la estructura era la más feudal de todas (por influencia de lo español?).

No directamente en estas páginas, sino en otras, se encuentran algunas referencias a que más que ‘territorios’ en Italia hay que atender al concepto ciudades-estado.